jueves, 11 de febrero de 2010

EL PRIMER MANDAMIENTO


CAPITULO 1

EL PRIMER MANDAMIENTO.

“Escucha ¡oh! IS-RA-EL; tu DIOS uno es. A él servirás y amaras por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.”

IS-RA-EL el pueblo escogido, el HOMBRE autentico, aquellos que han pasado por las ordalías iniciáticas.

IS – isis la Divina Madre, el principio femenino Lunar.
RA – el padre, el íntimo, principio masculino Solar.
EL – El real SER, el verdadero, cuyo nombre no se pronuncia.

Pueblo escogido es aquel que por sus Frutos se ha hecho merecedor de ser llamado así.

Sus Frutos son las Virtudes, las Bonanzas espirituales, los principios anímicos, la encarnación en sí de lo Divinal.

“Solo el que desciende del Padre, puede dar testimonio del Padre.”

Del Padre descienden todos los Rayos, los Aspectos, las partes que lo conforman, las joyas, gemas y demás piedras preciosas que son símbolos vivientes de su LUZ.

En última síntesis EL ES. Todo vive y palpita en y por EL.

“Santo y bendito sea su NOMBRE impronunciable; mientras tanto; proseguiré hacia más ocultos lugares.”

Es innombrable, ya que no hay nombre que lo contenga y sin embargo EL todo lo contiene.

Esta en todo VERBO y sin embargo nadie lo pronuncio jamás.

Es el ruido de las aguas espermáticas del primer instante, pero, ni en el silencio se le escucha o pronuncia.

No es ruido, ni silencio, esta más allá.

Es el DIOS desconocido, a quién PEDRO amaba, a quién PABLO mostraba y seguía.

Es la humildad de las humildades, que esta más allá de la humildad, ya que él la creo.

Es el más grande de los DIOSES, ya que EL los creo, no siendo DIOS, ya que EL esta más allá.
No tiene forma, siendo el origen de las formas, siendo el contenedor de la multiplicidad; EL, UNO ES. A ÉL servirás y amaras por sobre todas las cosas; siendo todas las cosas MAYA – Ilusión.

“Escucha oh IS-RA-EL, dioses sois, de Maya e Ilusión y vuestras SOMBRAS orgullo son.”
Si DIOS no se nombra y es innombrable ¿Por qué las sombras se nombran ampulosamente?

Renunciad a las sombras y sus Legiones.
Renunciad a las luces y sus Legiones.
Y fundíos en la LUZ increada, que es y no es luz.

“Santo y Bendito sea su nombre impronunciable.”

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